Talento y Organización
Planificación de la efectividad organizacional
Hoy en día, contar con un plan estratégico es esencial, pero no suficiente. Las organizaciones también necesitan un plan de efectividad y eficiencia que aborde cada aspecto clave para alcanzar la efectividad organizacional. Este plan debe ser claro y medible, de manera que los indicadores seleccionados permitan evaluar su desempeño con precisión.
El liderazgo en la alta dirección es fundamental para la ejecución exitosa de ambos planes. Un estilo de liderazgo sólido debe influir en todos los niveles de la organización, promoviendo una cultura orientada a resultados y al desarrollo de la capacidad de ejecución. La clave para saber si una empresa ha logrado la efectividad organizacional es comprobar si los resultados obtenidos generan valor y están alineados con la visión empresarial. Este proceso debe visualizarse como una espiral virtuosa que abarque todos los niveles de la organización.
En la actualidad, la velocidad de los cambios es cada vez mayor, lo que desafía la capacidad de respuesta, adaptación y aprovechamiento de las oportunidades emergentes. Por lo tanto, es vital que la planificación organizacional sea ágil y proactiva.
Componentes de la efectividad organizacional
La Efectividad Organizacional es el resultado directo y sinérgico de la interacción de procesos, sistemas, riesgos, estructura, cultura y capital humano. La empresa se desarrolla al poner en acción ciertos elementos clave:
- La naturaleza dinámica de los objetivos de corto, mediano y largo plazo determinados en el plan estratégico.
- El enfoque al cliente.
- La alineación de metas, objetivos, incentivos, áreas y personas.
- El liderazgo de alta gestión con impacto en resultados.
- La alineación del talento a las posiciones clave para tener a la gente correcta en el puesto correcto.
- Evaluar el desempeño individual, de grupos, áreas y empresa.
- Identificar las áreas que requieren mejora y hacer las mejoras.
Cultura Organizacional
Un aspecto que no debe ser subestimado es el desarrollo de una cultura organizacional saludable. La satisfacción laboral, la motivación y el compromiso de los empleados son esenciales para moldear una cultura que impulse el éxito a largo plazo. Estos factores deben ser gestionados de manera constante para crear un ambiente de trabajo positivo y productivo.